Pasar hambre para vivir más tiempo | CONSUMER.es EROSKI
La 'dieta de la restricción calórica', que promete una vida más sana y larga, es sometida por primera vez a un gran estudio
Diversas investigaciones han puesto de manifiesto los beneficios que la restricción calórica aporta a los animales. Entre otros efectos, una dieta restrictiva parece proporcionar una vida más sana y larga. Son efectos beneficiosos que aún no se han podido extrapolar a humanos. Sin embargo, el Pennington Biomedical Research Center (Louisiana, Estados Unidos) está llevando a cabo el mayor estudio hasta la fecha sobre los efectos de la restricción calórica en humanos. En la investigación se someterá a los participantes, durante dos años, a una dieta que sólo cubrirá el 75% de sus necesidades calóricas diarias.
Brian Delaney lleva catorce años a dieta continua pese a que, con su metro ochenta de estatura y sus 63 kilos de peso, nadie en su sano juicio consideraría que tiene sobrepeso. La explicación a esta paradoja es que Delaney es un fiel seguidor de la denominada restricción calórica, una severa y permanente reducción del contenido energético de la dieta que al parecer proporciona a sus adeptos una vida más sana y, tal vez, también más larga.
Objeto de estudio
Los científicos han estudiado los efectos beneficiosos de una dieta muy baja en calorías pero rica en nutrientes esenciales en varias especies de animales de laboratorio, incluyendo ratones, gusanos, perros, vacas y nuestros parientes más cercanos, los monos. En casi todos los casos, los animales sometidos a esta dieta no sólo vivían más que sus compañeros de experimento que comían raciones normales, sino que también sufrían menos enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
En los estudios, los animales que ingerían un 25% menos de las calorías diarias necesarias vivían entre un tercio y la mitad más que los sometidos a una dieta normal. También mostraban niveles más bajos de glucosa e insulina en sangre y menor tendencia a sufrir diabetes, cáncer y trastornos neurodegenerativos.
La ciencia, sin embargo, no ha podido todavía constatar que la restricción calórica sea igualmente efectiva para aumentar la esperanza de vida de los humanos, ya que este tipo de estudios requerirían monitorear a seguidores de la dieta durante décadas. Pero sí se ha observado que los adeptos a una dieta hipocalórica tienen niveles de colesterol más bajos, menor presión arterial y menor porcentaje de grasa corporal. Todos estos parámetros, cuando son altos, son factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Además, las personas que siguen esta dieta tienen una temperatura corporal más baja, su metabolismo está ralentizado y presentan niveles más reducidos de daño cromosomal (alteraciones genéticas relacionadas con el envejecimiento). Estos factores podrían indicar que vivirán más años.
La ciencia no ha podido constatar aún que la restricción calórica sea efectiva para aumentar la esperanza de vida en humanos
Investigación en humanos
Eric Ravussin, del Pennington Biomedical Research Center (Louisiana, Estados Unidos) dirige en la actualidad el que hasta ahora es el mayor estudio de los efectos de la restricción calórica en humanos. Ravussin, que lideró previamente un estudio similar, pero más corto (de seis meses), explica que su equipo está reclutando a 250 participantes. Dos tercios de los sujetos se someterán durante dos años a una dieta que sólo cubrirá el 75% de sus necesidades calóricas diarias. El otro tercio de los participantes será el grupo control y comerá normalmente.
Ravussin explica que está demostrado que en animales de laboratorio la dieta es más efectiva cuanto más severa es, y es la reducción del 45% de las calorías necesarias la que consigue alargar más su vida. Pero el investigador no quiere someter a los pacientes humanos a una dieta tan severa por cuestiones prácticas y, también, por precaución. «Queremos que la dieta sea asequible para asegurarnos que la gente seguirá participando en el estudio los dos años», dice Ravussin. Un nivel de reducción del 25% de las calorías es «realista» y permite también prevenir que los pacientes pierdan masa muscular u ósea en exceso, o que sufran problemas reproductivos.
Una asociación de seguidores
Brian Delaney es el presidente de la 'Calorie Restriction Society', una agrupación de seguidores de la dieta de restricción calórica fundada en 1994 y que en la actualidad cuenta con unos 2.000 miembros. La asociación les proporciona un foro donde darse consejos sobre nutrición y compartir sus experiencias.
Autor del libro 'The longevity diet' ('La dieta de la longevidad'), Delaney afirma que no sabe cuántos seguidores tiene en el mundo el estilo de vida que él practica, pero que parece ser más popular en países de habla anglosajona. La asociación no cuenta con ningún miembro español.
Delaney explica que los miembros de la sociedad practican versiones muy variadas de la dieta, que van desde una restricción de sólo el 10% de las calorías diarias necesarias hasta niveles draconianos, con reducciones energéticas del 45%. Él mismo dice seguir una versión «moderada», ingiriendo a diario un 20% menos de la energía que necesita según su peso y altura. Y al parecer, le funciona; sus niveles de colesterol y azúcar en sangre son «fantásticos» y dice sentirse «lleno de energía» y «muy espabilado». Pero recomienda que cualquier persona interesada en seguir este tipo de dieta consulte primero con su médico, quien le podrá recomendar los niveles máximos de restricción calórica adecuados a su edad y estado de salud.
Pero no todo son ventajas con este estilo de vida. La mayoría de seguidores declaran ser más sensibles al frío, debido a su bajo porcentaje de grasa. También se pueden dar casos de libido y fertilidad reducidas.
Delaney no descarta la posibilidad de que entre sus filas se esconda algún anoréxico que intenta disimular su trastorno alimentario disfrazándolo de dieta hipocalórica (la cual, pese a ser baja en energía es muy equilibrada), pero cree que a lo sumo se tratará de casos aislados.
«La principal diferencia entre los anoréxicos y nosotros es que ellos lo hacen por motivos estéticos, mientras que a nosotros sólo nos interesa nuestra salud», dice Delaney. «La verdad es que a mí no me gusta nada estar tan delgado».
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Los nutricionistas advierten de que no existen fármacos milagrosos para terminar con la obesidad
Subrayan que su tratamiento debe estar prescrito por especialistas médicos
"No existe ni va a existir en un futuro cercano" una píldora que nos mantenga esbeltos el tiempo que deseemos mientras comamos "lo que nos dé la gana", según aseguraron desde las sociedades españolas de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y del Estudio de la Obesidad (SEEDO).
"Todo el mundo tiene que saber que los fármacos milagrosos no existen" y que el tratamiento de la obesidad debe estar prescrito por especialistas médicos, según afirmó ayer el secretario de la SEEN, Lucio Cabrerizo, con motivo del XII Día Nacional de la Persona Obesa. Las dos sociedades citadas destacaron su "plena confianza" únicamente en dos tratamientos farmacológicos para combatir la obesidad, que son los que los especialistas prescriben habitualmente, frente a los "fraudes" de las dietas milagrosas.
Asimismo, recordaron algunas de las demandas del decálogo de la "Declaración de Zaragoza", un documento consensuado por especialistas en obesidad tras su reunión en esta ciudad el pasado mes de octubre. En esta declaración instan a las administraciones a que los tratamientos farmacológicos en determinados supuestos de personas obesas sean gratuitos a fin de terminar con el "agravio comparativo" existente respecto a otras enfermedades metabólicas.
El coste de la prescripción farmacológica supone para el paciente obeso alrededor de 100 euros mensuales, según SEEN, que cree que esta cantidad sería más elevada si se tuvieran en cuenta los costes indirectos como las bajas laborales. Según las cifras manejadas, el 54% de la población española tiene exceso de peso, un 39,2% padece de sobrepeso y un 15,5% sufre de obesidad.