Consejos para ingerir menos calorías sin pasar hambre - elConfidencial.com
De sobra conocido es que el sobrepeso y la obesidad están ligados a comer mal y no a comer mucho, además de llevar una vida sedentaria. Sin embargo, en muchos casos la situación se agrava con problemas psíquicos, emocionales. Una falta de autoestima que retroalimenta, y nunca mejor dicho, el abuso de productos como los dulces, que proporcionan una satisfacción inmediata.
Según el portal alimentacion-sana, existen dos batallas contra el exceso de peso: la psíquica y la física. En la primera de ellas, si no somos capaces de enfrentarnos solos, se recomienda ayuda profesional. La segunda batalla, requiere un poquito de voluntad para que los prontos resultados beneficien también en el campo emocional.
Para empezar, una buena noticia: comer más, probablemente más de lo que habituamos, y pesar menos es posible... si se elige el tipo de comida correcto.
Muchas características de las comidas afectan a la saciedad: la apariencia, el gusto, cómo se sienten en la boca, cuánta masticación requieren, los nutrientes que contienen, la densidad en que se encuentran las calorías y el volumen de alimento consumido.
Cuando se consume un alimento denso en calorías, alto en grasas, es probable que las personas coman más calorías para lograr la cantidad que las satisfaga. ¿Pero qué es lo que incrementa el volumen de lo que se ingiere sin agregar calorías? Pues no es otra cosa que el agua, y los alimentos que contienen naturalmente más agua son las frutas y los vegetales.
Dieta sin sufrimiento
Así las cosas, si comemos de primer plato una sopa o una ensalada, consumiremos significativamente menos calorías en total, porque nos saciaremos antes. Por ello, no hay que eliminar las grasas y los carbohidratos de la dieta, simplemente hay que comer en menor cantidad, pero sin sufrir. El truco está en tomar antes alimentos ricos en el líquido elemento.
Otra clave para ingerir menos calorías es utilizar enseres de tamaño reducido. Es decir, cucharas, platos y tazones más pequeños. Aquí entra en juego la psicología, porque también comemos con los ojos. Por otra parte, si servimos de más en el plato, comeremos también en exceso, porque habitualmente tomamos el 92% del alimento que servimos.