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Si insiste en quere adelgazar, el consejo que le doy es que coma tanto como quiera,
pero no se lo trague.(Harry Secombe)

La felicidad radica, ante todo, en la salud.
(George William Curtis (1824-1892)

Aprendizaje (La salud mental desde la Infancia)

Publicado en el mundo 

Dislexia

La palabra correcta es 'dado' o 'barco', pero los afectados de dislexia leen 'papo' o 'qarco'. Este trastorno específico del aprendizaje, que afecta a un 10%- 15% de los españoles, se manifiesta por la dificultad para la lectura y la escritura.

De origen neurobiológico, con cierto componente genético [en un 50% de los casos, el afectado tiene un hermano, un padre o una madre con el mismo problema], su intensidad y sintomatología varía de un niño a otro. Así, mientras que algunos disléxicos pueden presentar, además, problemas de orientación espacial y temporal, otros experimentan dificultades con el cálculo y la lógica matemática.

Cómo reconocerla

En la etapa preescolar suelen mostrar un retraso a la hora de hablar claramente, falta de constancia en los estudios, problemas con las palabras rimadas y confusión con las que se parecen en su fonética. Otras dificultades frecuentes son: problemas con la orientación espacial, torpeza al correr o saltar o escasa habilidad en el manejo del lápiz.

Hasta los nueve años manifiestan dificultades para aprender a leer y a escribir, así como incapacidad para memorizar las tablas de multiplicar. Les cuesta distinguir la derecha de la izquierda. Acusan problemas de conducta, como frustración y falta de atención en clase. Siguen sin sostener bien el lápiz y son lentos a la hora de memorizar la información. Además, tienen problemas para saber la hora, el día, el mes o el año.

En la adolescencia, las dificultades con la compresión de la lectura continúan y su escritura puede resultar extraña. Omiten letras o alteran su orden. Comprenden mal el lenguaje tanto escrito como hablado y muestran falta de interés en clase. Debido a su 'mala' lectura, fallan en la memoria inmediata e interpreta mal la información. Son desordenados con su material de trabajo, así como a la hora de estructurar órdenes. Tienen dificultades para elaborar sus pensamientos, hablar o escribir. Evitan leer en público y suelen bloquearse cuando les interrogan en clase.

Cuál es su causa

Se produce por una disfunción en el hemisferio izquierdo del cerebro, que es el que se ocupa de los procesos del lenguaje hablado y escrito. Este fallo provoca que los afectados no automaticen la identificación de palabras (lectura) y/o la escritura de las mismas.

La realidad, el mundo, se codifica para todos ellos en un lenguaje mucho más difícil de decodificar, incomprensible, por eso tienen dificultades para establecer la relación entre lo que ven, cómo se escribe o cómo se pronuncia.

Sus consecuencias

La dislexia es ya la responsable del 25% del fracaso escolar. Pese a que sus primeras manifestaciones se producen en el momento en que los niños empiezan a aprender a leer y a escribir, muchos profesionales siguen defendiendo que el retraso en el aprendizaje se debe a un problema de madurez. Este hecho repercute en un diagnóstico tardío, lo que agudiza los problemas de baja autoestima de los afectados que ven como sus compañeros de clase aprenden y ellos no pueden. Máxime cuando se valora que, además y con frecuencia, son tachados de vagos y de distraídos y se les presiona para que alcancen el nivel de sus compañeros.

El sobreesfuerzo intelectual que los disléxicos realizan para superar sus dificultades provoca, además de fatiga, desinterés y retraimiento en clase. Pierden la confianza en sí mismos y eleva el riesgo de síntomas depresivos.

Diagnóstico

Ante la sospecha de su existencia, los padres deben consultar con el pediatra para que valore al menor de la forma adecuada. Este profesional determinará si es innecesario o no consultar con otros profesionales, como un psicopedagogo, especialista en trastornos del aprendizaje.

Cómo ayudar al niño disléxico

Los padres deberán buscar personal cualificado que ayude a la ‘reeducación’ de su hijo para que desarrolle las habilidades necesarias que le permitan superar sus trabas. Es importante aplaudir sus progresos y ensalzar sus habilidades particulares. Hable con su hijo de su problema y no comente sus fracasos sin contar con él.

Es necesario que colabore con él en sus tareas académicas y busque refuerzo extraescolar. La involucración de los profesores y del colegio también es fundamental para el adecuado desarrollo del menor.

Apóyese en la tecnología. Existe una gran variedad de programas diseñados específicamente para disléxicos.