Practicar formas de vivir consideradas buenas para la salud lleva a una mayor longevidad
Las personas que no fuman, hacen ejercicio, beben alcohol con moderación y comen las cantidades adecuadas de frutas y verduras viven, como media, 14 años más que las que no practican ninguno de estos hábitos recomendados. Asimismo, los expertos aseguran que con pequeños cambios en el estilo de vida se puede conseguir un gran impacto en la salud de la población adulta.
Un estudio realizado sobre 20.000 personas en el Reino Unido ha confirmado que el impacto combinado de cuatro estilos de vida recomendados como buenos para la salud -no fumar, hacer ejercicio físico, beber alcohol con moderación y comer fruta y verdura en las cantidades indicadas- también es bueno para salud, ya que alarga la vida. Los participantes que fueron considerados para ser incluidos en el estudio no tenían, para empezar, ni cáncer ni enfermedades cardiovasculares.
Pequeños cambios poderosos
Respecto a la enunciación de las prácticas saludables de los participantes, la primera fue fácil de definir, si fumaban o no fumaban. Para la segunda, se considera que la inactividad física consiste en tener un trabajo sedentario y no realizar ningún tipo de ejercicio recreativo. El consumo de alcohol moderado se definió como la ingesta de entre una y catorce unidades (copas de vino o equivalente) de alcohol a la semana, y el consumo de fruta y verdura se midió por el nivel de vitamina C que mostraban los participantes.
La combinación de actividad física recreativa y un consumo moderado de alcohol disminuye el riesgo de morir de isquemia
La conclusión principal fue que, tras 11 años de iniciado el trabajo, una persona que no cumple ninguna de las condiciones saludables tiene el mismo riesgo de fallecer que otra 14 años mayor que las cumple todas. Esta conclusión resultó independiente de la clase social o estatus económico y del índice de masa corporal de los participantes. El resultado de este primer estudio que calcula el impacto combinado de estas cuatro formas de comportamiento debe de ser confirmado por otras investigaciones, explican los autores, de la Universidad de Cambridge y del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido, que lo han publicado en la revista 'Plos Medicine'.
Sin embargo, sus conclusiones sugieren que con pequeños cambios en el estilo de vida se puede conseguir un gran impacto en la salud de la población adulta, especialmente en los países desarrollados, cuya población está envejeciendo rápidamente.
Consumo de alcohol
El comportamiento saludable que más llama la atención entre los cuatro analizados es el que se refiere al consumo moderado de alcohol. Sin embargo, el hecho de que este consumo, siempre moderado, no es perjudicial sino beneficioso ha sido confirmado en otro estudio muy reciente, realizado sobre casi 12.000 personas en Dinamarca. En este caso, la conclusión es que las personas que realizan actividades físicas y beben alcohol con moderación tienen un riesgo más bajo de morir por enfermedad cardiovascular y otras causa que las personas que no beben en absoluto.
La investigación, publicada en la revista 'European Heart Journal', es también pionera, en el sentido que es la primera que estudia la influencia combinada de la actividad física recreativa y el consumo semanal de alcohol sobre el riesgo de morir de isquemia (el suministro de sangre al corazón es insuficiente) o por cualquier otra causa.
Según Ostergaard Petersen, directora de la investigación, «el riesgo menor de fallecimiento por cualquier causa se dio entre los bebedores moderados activos físicamente, mientras que el mayor riesgo fue para los que no realizaban actividad física alguna y no bebían o bebían demasiado». Ni la actividad física por sí sola ni el consumo de alcohol pueden revertir completamente el aumento del riesgo asociado a la abstención respecto al alcohol y a la falta de actividad física. «Así resultan importantes tanto la actividad física moderada o intensa y un consumo moderado de alcohol si se desea disminuir el riesgo de fallecimiento por isquemia o por otras causas», concreta la especialista.
MEJOR GORDO QUE INACTIVO
A pesar de que pueda resultar sorprendente, estar gordo no es lo peor que le puede pasar a una persona cuando tiene más de 60 años y se preocupa por su salud. Incluso los que son obesos viven más que aquellos que no presentan un buen estado de salud cardiovascular por ausencia total de ejercicio físico, según publica la revista 'JAMA'. La relación entre el estado de salud cardiovascular y diversas medidas de la grasa corporal, como el índice de masa corporal, la medida de la cintura y el porcentaje de grasa, fue el objeto de estudio que se realizó durante 12 años sobre 2.600 adultos de más de 60 años.
Los investigadores, coordinados por Zuemei Sui, hallaron que aquellos que murieron durante este periodo eran más viejos, tenían peor estado de salud cardiovascular y más factores de riesgo cardiovasculares que los sobrevivientes. Sin embargo, no encontraron diferencias significativas entre ellos cuando se trataba de si estaban delgados o gordos. «Observamos que los individuos con buen estado cardiovascular, aunque sean obesos, tienen un riesgo menor de mortalidad por cualquier causa que los individuos que tienen mal estado cardiovascular y un peso normal o inferior al normal», explica Zuemei Sui, de la Universidad de Carolina del Sur.
«Es posible reducir las muertes entre los ancianos, incluyendo aquellos que son obesos, recomendándoles una actividad física habitual, como andar rápidamente durante 30 minutos o más todos los días, lo que promoverá un estado de salud cardiovascular aceptable. Además, la actividad física permite a los ancianos disfrutar de mejor calidad de vida», añade el experto.