Los riesgos de los productos adelgazantes enriquecidos con derivados del ácido linoleico
- Algunos compuestos para perder peso contienen derivados de ácido linoleico conjugado
- Un tipo de estas grasas genera alteración del funcionamiento del hígado
- Un estudio, realizado por científicos españoles, muestra cómo se produce ese daño
Actualizado miércoles 10/02/2010 08:25 (CET)
ÁNGELES LÓPEZ
MADRID.- Son el reclamo de numerosos productos para perder peso: "contiene CLA". Con estas palabras se pretende avalar la ciencia que existe detrás de una pastilla que promete servir de ayuda para perder de encima los kilos sobrantes. Sin embargo, un trabajo realizado por investigadores españoles pone en tela de juicio las propiedades saludables de estas sustancias y señala que, al menos en animales, generan daño hepático.
Desde hace varios años, se ha venido popularizando los resultados de estudios realizados en roedores donde se muestra las bondades que generan sobre el organismo los alimentos o productos enriquecidos con un tipo de compuestos derivados del ácido linoleico conjugado (CLA), un tipo de grasa. Algunos trabajos han mostrado su potencial anticancerígeno, sus propiedades cardioprotectoras y su posible utilidad para controlar el sobrepeso.
Sin embargo, el trabajo que ahora publica la revista 'Frontiers in Bioscience' y que ha sido realizado por investigadores españoles e irlandeses, advierte de que los beneficios se encuentran sólo en un tipo de compuesto del CLA, los isómeros cis, presente de forma natural en aceites vegetales y, especialmente, en la carne y la leche procedentes de animales rumiantes. Existe otro tipo de compuesto, los isómeros trans, derivados de forma artificial del ácido linoleico que no tienen esos efectos saludables sino más bien todo lo contrario.
Cuando se producen de forma artificial, se genera una mezcla de estos isómeros, los cis y los trans. "Como se había visto su efecto positivo en ratones (pero sólo el de los isómeros cis), se derivó en la elaboración de cápsulas que son básicamente este compuesto [el CLA] pero en su etiquetado no dice qué isómero contiene", señala José Martínez-González, del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) y coordinador del estudio.
Además de no conocer qué sustancias se está ingiriendo, las personas que toman estos compuestos en cápsulas con el objetido de adelgazar podrían estar generando un grave daño sobre su salud. "Estos comprimidos llegan a contener hasta 3,6 gramos de compuesto puro. Una cantidad muy elevada que, como hemos visto en nuestro trabajo, genera diferentes efectos adversos en el organismo de los roedores", explica Martínez-González.
Efecto en ratones
Básicamente, los investigadores observaron que cuando suministraban a los ratones los isómeros cis su organismo reaccionaba ligéramente de forma positiva, disminuyendo los niveles de colesterol y mejorando la función hepática. Sin embargo, aquellos a los que se les administró isómeros trans presentaban una distorsión en el nivel de lípidos (grasas), de la glucosa y de la insulina. Se producía además una degeneración del tejido hepático, con una pérdida de función y una exacerbación en la producción de glucosa. "Estos efectos se habían observado en investigaciones previas, nuestro estudio, además de constatar estos hechos, determina el mecanismo por el que se producen. [Niveles altos de esta sustancia] alteran la expresión de genes en el hígado", aclara este experto.
Por su parte, Jesús de la Osada, del departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Celular de la Universidad de Zaragoza, miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn) y otro de los autores del estudio, señala además que algunas marcas de leches ya incluyen en su composición los CLA, "pero nadie informa de qué tipo. Si han alimentado al ganado con mayor concentración de pipas de girasol, por ejemplo, los isómeros serán cis, pero si sólo se han añadido estos compuestos de forma artificial, tendrán los dos tipos de isómeros. No existe regulación sobre este tema".
Finalmente, estos investigadores señalan que lo ideal sería hacer estudios clínicos en personas para conocer cómo afectan estas sustancias al organismo humano. Ante la dificultad que entrañaría esto, ellos insisten en que los datos obtenidos en animales "deben tomarse como una importante llamada de atención sobre los posibles efectos del consumo prolongado e incontrolado de estos compuestos como principal forma de perder peso".