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Normalmente asociamos las grasas a una mala salud o un tipo de nutriente nocivo para nuestro organismo, y no es así. Las grasas junto a los hidratos de carbono son una de las principales fuentes de energía de nuestro cuerpo, lo que las hace esenciales en nuestra dieta y las debemos consumir de forma moderada.
Las grasas se dividen en dos tipos, las grasas saturadas principalmente de origen animal, y las grasas insaturadas que encontramos en vegetales, pescado… El consumo de éstas es totalmente necesario para el buen funcionamiento de nuestro organismo, aunque debe ser moderado, sobre todo en el caso de las grasas saturadas, ya que un exceso traerá graves consecuencias para nuestro cuerpo. Por el contrario la ingesta de grasas insaturadas puede hacernos mucho bien.
Desde Vitónica vamos a diferenciar entre las grasas beneficiosas o saludables y las nocivas o perjudiciales para el organismo. Controlando los alimentos que contienen un tipo u otro de grasa podremos mejorar nuestra salud en gran medida. Y es que nuestro equilibrio corporal y el buen funcionamiento de nuestro organismo dependen de un conocimiento de los alimentos que debemos o no comer.
Para comenzar empezaremos con las grasas saludables. Son las que pertenecen al grupo de las insaturadas. Son grasas en estado puro, es decir, ningún otro organismo las ha transformado anteriormente, por lo que están a disposición de nuestro cuerpo para ser transformadas a su antojo y aprovechadas al máximo. Este tipo de grasas se encuentran en alimentos de origen vegetal como el aceite de oliva virgen o en el pescado en el que se encuentran en forma de omega 3. Su consumo regular es indispensable para un buen funcionamiento de nuestro organismo.
Una alimentación rica en este tipo de ácidos grasos insaturados nos ayudará a evitar enfermedades como las cardiovasculares, pues debido a sus propiedades depurativas de la sangre tienen la función de reducir el nivel de colesterol y de triglicéridos en la sangre, con lo que nuestra presión arterial se reducirá, y con ella el riesgo de sufrir infartos. Además, ayudan a regular nuestro organismo evitando trastornos como la obesidad…
Por otro lado tenemos las grasas saturadas, las cuales también son indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo, pero su consumo debe ser muy limitado. Este tipo de grasas se encuentra en la carne, aceites de coco y de palma, muy utilizados en la bollería industrial y alimentos preparados industrialmente. Una ingesta habitual de este tipo de alimentos desembocará en aumento del colesterol, reducción de la capacidad del organismo para reducirlo, lo que conlleva un aumento de las enfermedades cardiovasculares así como un desequilibrio de nuestro organismo.
Por todos estos motivos debemos consumir principalmente grasas insaturadas que nos aportarán la salud y el bienestar necesario para nuestro organismo, así como la energía que requerimos para el buen funcionamiento del organismo.
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