Cerco a los factores de riesgo cardiovasculares
Aproximadamente el 60% de pacientes cardiovasculares presenta al menos un factor de riesgo modificable, según un estudio
Pese a haber disminuido la tasa, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en España. Ahora, un estudio señala que más de la mitad de los pacientes con riesgo cardiovascular presenta, al menos, un factor de riesgo modificable, es decir, que sólo cambiando los hábitos de vida desaparecería. Entre estos factores, la hipertensión arterial destaca sobre los otros factores por su notabilidad a la hora de desarrollar patologías cardiovasculares y, además, porque sólo entre el 25% y el 35% de los pacientes hipertensos están bien controlados. Los expertos señalan que la solución pasa por fomentar el autocontrol del paciente además de buscar estrategias terapéuticas adecuadas.
MONTSE ARBOIX
2 de agosto de 2007
Un 57,9% de los pacientes con enfermedades cardiovasculares presenta, al menos, un factor de riesgo modificable como la Hipertensión Arterial (HTA), que destaca por su importancia en el desarrollo de estas patologías. No obstante, únicamente un tercio de los pacientes diagnosticados y con tratamiento alcanzan cifras de presión arterial adecuadas. Esta es la conclusión que se desprende de los estudios COROPINA y COREVALÚA, enmarcados dentro de CORRESPONDE, un programa nacional que quiere fomentar la corresponsabilidad médico-paciente en la prevención de cardiopatías y mejorar del control de los factores de riesgo, para reducir la morbimortalidad de esta enfermedad.
CORRESPONDE, desarrollado e implementado por la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), consta de un programa informatizado basado en guías de práctica clínica validadas que permiten al médico calcular el riesgo cardiovascular individualizado a la vez que determina un objetivo terapéutico específico. COROPINA es un estudio prospectivo que implicó a 1.169 médicos del Sistema Nacional de Salud y COREVALÚA, un sondeo de opinión a 1.402 profesionales sanitarios.
Mal control de la hipertensión
El tabaquismo, el sobrepeso y el exceso de fármacos aparecen como las tres causas más importantes asociadas a la falta de control de la hipertensión. En España, se calcula que aproximadamente el 50% de los pacientes hipertensos no completa el tratamiento farmacológico prescrito y entre el 70% al 80% no sigue las medidas higiénico-dietéticas recomendadas por los profesionales sanitarios. Aunque el grado de control de la HTA ha ido aumentando gradualmente en los últimos años, el porcentaje no alcanza el 20% de la población en general y supone únicamente el 35% de los pacientes atendidos en Atención Primaria.
Por este motivo, los expertos creen que corresponsabilizar al paciente en el control de su propia enfermedad es uno de los puntos clave para mejorar el panorama actual. Si los objetivos a alcanzar han sido consensuados entre médico y paciente, y éste conoce los efectos beneficiosos del cumplimiento terapéutico, se incrementará su responsabilidad relacionado con un mejor control. Una relación de confianza entre médico-paciente, ampliar la duración de las consultas, dotar a los servicios asistenciales de instrumentos que faciliten y mejoren la gestión clínica de los pacientes y establecer un tratamiento terapéutico sencillo son algunas de las pautas que se recomiendan, además de implicar a los profesionales de enfermería y a los farmacéuticos en la consecución del objetivo final: conseguir un buen control de la HTA.Bajando entre un 1% y un 2% las cifras elevadas de colesterol se evitarían casi 1.600 fallecimientos por enfermedad cardiovascular
La falta de conciencia de enfermedad, el deterioro personal por condiciones psicofísicas o un bajo nivel sociocultural del paciente hipertenso contribuyen al mal control de la HTA. Según los datos que revelan las encuestas, el sedentarismo y la obesidad son factores que explicarían esta falta de control.
Otro factor modificable
Aproximadamente 1.600 de los fallecimientos anuales que ocurren en España por enfermedad cardiovascular se podrían evitar disminuyendo sólo entre un 1% y un 2% las cifras elevadas de colesterol en sangre, que presenta la mitad de la población española sin saberlo. Estos son datos que ha hecho públicos la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA) de mano de Luis Álvarez Sala, jefe de la Unidad de Lípidos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, en una sesión celebrada recientemente en Valencia.
Aunque las enfermedades cardiovasculares afectan preferentemente a la tercera edad, el experto recuerda que el proceso coronario precisa de décadas para establecerse, incluso, desde la infancia. Y debido a la relación existente entre cifras de colesterol y grasas saturadas en las enfermedades cardiovasculares, insiste en que es importante fomentar desde pequeños hábitos de vida saludables.
Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo, la población infantil y juvenil española presenta una tasa de 13,9% de obesidad con un incremento del 5% al 16% en los 20 últimos años. El 16% de la población infantil sufre sobrepeso o presenta obesidad, proporción que aumenta en los adolescentes hasta el 20%, según investigaciones recientes realizadas en distintos países europeos. La obesidad infantil es causa de enfermedades crónicas en la madurez como la diabetes, la hipertensión arterial y la enfermedad cardiovascular además de provocar problemas psicosociales de distinta índole en los niños y adolescentes.
PEOR POR LA NOCHE
Carlos Calvo, de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, señala la importancia de realizar monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) para conocer el ritmo circadiano de cada paciente. Esta actuación pretende prescribir de forma individualizada un horario determinado de administración de los fármacos ya que, y según revela un estudio efectuado con aproximadamente 2.900 pacientes hipertensos del área de Santiago de Compostela, el 80% de ellos se efectúa control de la presión bajo el efecto de la medicación antihipertensiva, que da como resultado valores engañosamente bajos. Para Calvo, la única manera de conocer si los fármacos actúan durante 24 horas es realizando el MAPA.