PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

X FECHAS


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

x orden alfabetico

ENLACES

*

*


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

+ vistas


PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

Varios


Contador Gratis
relojes para blogger html clock for websites contador de usuarios online
PULSAR   1  de arriba para cerrar pestaña

Si insiste en quere adelgazar, el consejo que le doy es que coma tanto como quiera,
pero no se lo trague.(Harry Secombe)

La felicidad radica, ante todo, en la salud.
(George William Curtis (1824-1892)

Colgados de los ansiolíticos


La tristeza no es una enfermedad. Sentir dolor por la muerte de alguien querido no es patológico. Y temblar cuando se habla en público por primera vez, tampoco. La vida no se puede tratar con pastillas y, sin embargo, cada vez recurrimos más a ellas para combatir lo que no es otra cosa que el simple malestar de vivir. En lugar de asumir por la mañana los nubarrones con un “buenos días tristeza”, corremos al médico para que nos recete antidepresivos. Y en lugar de encararnos con el jefe tóxico que nos acosa, corremos al psiquiatra en busca de ansiolíticos.
En 10 años se ha producido en España un aumento del consumo de medicamentos psiquiátricos que no está justificado. De hecho, la mayoría de las patologías mentales de causa endógena tienen una incidencia estable en el tiempo y similar en todo tipo de sociedades. Lo que sí puede aumentar es la incidencia de trastornos transitorios de carácter reactivo, la depresión causada por estrés, por ejemplo. Pero ni siquiera eso explica el aumento que se ha observado en la prescripción. No hay en España, país alegre y soleado donde los haya, por mucho que apriete la crisis, tanta depresión como indican las ventas de Prozac y otros antidepresivos. Ni se justifica que en las estadísticas de la OCDE, España figure en segundo lugar en consumo de tranquilizantes.
¿Qué ha propiciado este salto tan espectacular de lo que podríamos denominar psiquiatría de complacencia? La presión de la industria farmacéutica, con su estrategia de ganar mercados a costa de crear nuevos síndromes, es señalada por muchos autores como el desencadenante de la espiral medicalizadora. Resulta más barato y más lucrativo crear nuevos mercados para viejos principios activos reciclados como nuevos fármacos que encontrar nuevos tratamientos. Después de alertar en el Britihs Medical Journal en 2002 (Selling sickness: the pharmaceutical industry and disease mongering), Ray Moynihan hurgó en varios libros e investigaciones los mecanismos que han llevado a etiquetar como enfermedades procesos que no lo son: desde la fobia social al síndrome de las piernas inquietas. La psiquiatría infantil, con el espectacular aumento del diagnóstico de autismo e hiperactividad, ha resultado el campo mejor abonado.
La presión de la industria farmacéutica es señalada por muchos autores como el desencadenante de la espiral medicalizadora
Pero aunque es fácil colocarle a la industria farmacéutica la etiqueta de villana, no es el único factor. Y en ocasiones, ni siquiera el más importante. Desde la salud pública se dice que somos lo que comemos, pero más que nada somos lo que pensamos. Autores como Byung-Chul Han o Zygmunt Bauman nos dan, desde la sociología y la filosofía, claves que ayudan a explicar mejor el fenómeno. Por un lado, como dice Han en La sociedad del cansancio, las consecuencias de dejar atrás la organización social disciplinaria, en la que si uno cumple con su deber podrá vivir satisfecho, para sumergirnos en la sociedad del rendimiento, cuyo paradigma es ese individuo exhausto por una competitividad autoimpuesta y sin límite que le obliga a estar siempre alerta y siempre en forma, y que percibe cualquier distracción o contratiempo como una amenaza para su carrera. Si fracasa, será por su culpa. Para Bauman, en estos tiempos hipercompetitivos, los que no siguen quedan excluidos, y eso crea mucha angustia. La gente ve la vida como el juego de las sillas, en el que un momento de distracción “puede comportar una derrota irreversible”. Y así es cómo, “incapaces de controlar la dirección y la velocidad del coche que nos lleva, nos dedicamos a escrutar los siete signos del cáncer, los cinco síntomas de la depresión, los fantasmas de la hipertensión o el colesterol, y nos entregamos a la compra compulsiva de salud”.
Todo eso, en el marco de una cultura que fomenta el consumismo y el individualismo hedonista, que produce individuos exigentes, impacientes y con escasa tolerancia a la frustración y que, como advirtió Daniel Callahan, director del proyecto Los Fines de la Medicina, del Hastings Center de Nueva York, esperan de la medicina aquello que esta no les puede dar. Esos individuos son muy vulnerables a la publicidad, abierta o encubierta, que les ofrece el recurso a las pastillas como el elixir mágico que les ayudará a construir una burbuja de felicidad, aunque sea inducida por la química.
La mayor parte de esa presión se canaliza hacia la consulta del médico de cabecera, que muchas veces solo tiene el talonario de recetas para hacer frente a tan perentorias demandas. Pero los medicamentos no son inocuos. Barbara Starfield, de la Universidad John Hopkins, señalaba ya en 2002 en To err is human que la iatrogenia de los tratamientos era la tercera causa de muerte en Estados Unidos. El problema es que, como indica Enrique Gavilán, médico de familia que ha investigado los procesos de medicalización, si no se hace un seguimiento adecuado, algunos de estos fármacos crean dependencia. Y ahí tenemos una nueva forma de hacerse adicto. Andreu Segura, especialista en salud pública, lamenta que la sociedad no sea consciente de que las pastillas pueden ayudar cuando son necesarias, pero también tienen efectos adversos, y eso es lo único que producen cuando se recetan sin justificación. Pero mientras nos excedemos en la prescripción en procesos que no son patológicos, hay al mismo tiempo muchos enfermos con verdaderas enfermedades mentales que ni siquiera están tratados. Para Antoni Bulbena, jefe del Departamento de Psiquiatría de la UAB, esa es la gran e injusta paradoja de este historial. Al final, unos sufren por demasiado medicados y otros por demasiado poco. 
*
Autor del articulo -EL ESTADO DEL MALESTAR
*
Wikipedia 
  1. Ansiolítico - Wikipedia, la enciclopedia libre

    es.wikipedia.org/wiki/Ansiolítico
    Un ansiolítico o tranquilizante menor es un fármaco con acción depresora del sistema nervioso central, destinado a disminuir o eliminar los síntomas de la ...
    Clonazepam - ‎Lorazepam - ‎Buspirona
*
REFRANES a tener muy en cuenta siempre - "NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS".- "ARRIMAR EL ASCUA A SU SARDINA".- "CADA UNO HABLA DE LA FERIA COMO LE VA EN ELLA".Y no olvidarse de la "mas moderna" que dice : "Aqui el que no corre vuela y el MAS TONTO hace aviones".
Nota : pongo estos tres refranes para que el lector tenga cuidado con lo que lee.
Es muy facil manipular a la gente, todo el cuidado es poco.
Hay que CUESTIONARSE lo que se lee, CONTRASTARLO  y luego CADA UNO DEBE LLEGAR A SUS PROPIAS CONCLUSIONES.
VRedondoF
** Soy un EMPRESARIO JUBILADO que me limito al ARCHIVO de lo que me voy encontrando "EN LA NUBE" y me parece interesante. **
**  Lo intento hacer de una forma ordenada/organizada mediante los blogs gratuitos de Blogger. **
** Utilizo el sistema COPIAR/PEGAR, luego lo archivo. ( Solo lo  INTERESANTE, según mi criterio). **
** Tengo una serie de familiares/ amigos/ conocidos (yo le llamo "LA PEÑA") que me animan a que se los archive para leerlo ellos después. **
**  Los artículos que COPIO Y PEGO EN MI ARCHIVO o RECOPILACIÓN (cada uno que le llame como quiera), contienen opiniones con las que yo puedo o no, estar de acuerdo. **
** Si te ha gustado la publicacion, lo mejor que debes hacer es ir al blog/pagina del autor y DEJAR UN COMENTARIO. En mi blog no puedes dejar comentarios, pero si en el del autor. **
** Cuando incorporo MI OPINIÓN, la identifico CLARAMENTE,  con la única pretensión de DIFERENCIARLA del articulo original. **
** Pido perdon por MIS limitaciones literarias. El hacerlo mejor (no mucho) me cuesta dedicarle MAS TIEMPO, y la verdad es que (ademas de no tener tiempo) tengo poca paciencia,  por ello, y nuevamente, pido disculpas por las susodichas limitaciones. **
** Mi correo electrónico es vredondof (arroba) gmail.com por si quieres que publique algo o hacer algún comentario. **
** Por favor!  Si  te ha molestado el que yo haya publicado algún artículo o fotografía tuya,  ponte en contacto  conmigo (vredondof - arroba - gmail.com ) para solucionarlo o retirarlo. **
*