"Hemos asegurado en nuestra publicidad que las pulseras Power Balance mejoran la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad. Admitimos que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen nuestras afirmaciones y, por tanto, hemos incurrido en conducta engañosa en contra de la sección 52 de la Ley de Prácticas Comerciales de 1974", reconoce la compañía en su web australiana.
Y, después de pedir disculpas a los timados, les ofrecen la posibilidad de devolverles el dinero que pagaron por el producto milagro. Power Balance no ha confesado el timo por propia voluntad, sino por orden de la Comisión Australiana para el Consumo y la Competencia (ACCC).
Tras la pertinente investigación, este organismo gubernamental independiente de protección a los consumidores concluyó el miércoles pasado que los anuncios de la pulsera del equilibrio violaban la legislación comercial australiana porque los vendedores afirman cosas que no pueden demostrar y ordenó a la compañía retirar ese tipo de aseveraciones de la publicidad.
"Se advierte a los minoristas que sigan vendiendo el producto con afirmaciones engañosas en el envasado de que la ACCC podría actuar contra ellos", añadió Graeme Samuel, presidente del organismo.
Como adelantaban en The Sceptic's Book of Pooh-Pooh cuando dieron la noticia -tienen una versión resumida en La Mentira Está Ahí Fuera-, el movimiento de la ACCC ha alegrado a los escépticos de todo el mundo. Los italianos han tenido, por su parte, doble motivo para alegrarse porque la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCM) de su país ha impuesto a los distribuidores de la pulsera milagro una multa de 350.000 euros, 23 veces más que la ridícula sanción decidida por la Junta de Andalucía.
Ojalá me confunda, pero no tengo ninguna confianza en que el Gobierno español y que mi escepticismo se basa en gran parte en el hecho de que la actual ministra de Sanidad y Consumo, Leire Pajín, uso este amuleto hasta el día en que fue elegida, lo que dice todo de su capacidad para el cargo.
A pesar de la confesión de que todo es un engaño, supongo que la mayoría de los estafados seguirán luciendo el amuleto en la muñeca y diciendo eso de : "A mí me funciona".