Cáncer de colon: el más frecuente y el segundo más mortal
Ana I. Gracia - 31/03/2009
Llega sin hacer ruido. Tan silencioso es y tan inadvertidos pasan sus síntomas, que ha conseguido colocarse en el segundo puesto de cánceres que más muertes deja a su paso por España, sólo superado por el de pulmón. Es el colorrectal, el cáncer más común entre los españoles; un mal que ya se ceba con 25.000 españoles cada año, a 13.000 de los cuales consigue matarles. Una cifra para sentarse a pensar en su prevención si se compara con las muertes por sida (1.300 al año) y por accidentes de tráfico (algo más de 4.000). Hoy, día elegido mundialmente para sensibilizar sobre el cáncer colorrectal, se han disparado las alarmas para que todo el mundo se conciencie: si los pacientes diagnosticados se hubieran practicado técnicas de diagnóstico precoz, nueve de cada diez fallecidos seguirían vivos.
Si usted es consciente de que ha aparecido sangre entre sus heces, sufre diarrea o estreñimiento desde hace tiempo, pierde peso “aparentemente sin motivo o presencia una anemia no identificada”, acuda a su médico: puede padecer cáncer colorrectal. El pronóstico de este cáncer depende, en gran medida, del momento del proceso en que se detecta. El diagnóstico lo revela Pilar García Alfonso, oncóloga médica del Hospital Gregorio Marañón, quien cifra en un 15% la incidencia total del cáncer colorrectal entre todos los tumores. La supervivencia media de los pacientes con cáncer de colon en España es del 50% a los cinco años del diagnóstico. “Un enfermo que se puede operar se cura en el 60% de los casos. El problema está en aquellos pacientes, la mitad de los diagnosticados, que acuden a su médico cuando la enfermedad está en metástasis: sin operación y sin solución”, declara la doctora García. La
Origen
El origen, en casi todos los casos, es el mismo: el cáncer se formó desde un pólipo, “una lesión benigna que puede evolucionar lentamente hasta desarrollarse en un tumor maligno”. Tampoco todo el mundo tiene la misma predisposición a padecerlo. Los mayores de 50 años, tanto hombres como mujeres, son el grupo de población que se aglutinan en el grupo de “riesgo medio”: aunque no presenten síntomas, son las personas a las que más se les recomienda realizarse pruebas periódicas para detectar una posible anomalía.
En casi todos los casos, el cáncer colorrectal surge de forma esporádica. “Sólo en un 30% de los casos diagnosticados ha sido por razones hereditarias”, afirma la doctora García. Unos pacientes que sí crecieron sabiendo la importancia de prevenir un cáncer colorrectal a tiempo y, aun así, no se escaaron de sus garras. “La gran mayoría de los pacientes forman parte del grupo de enfermos de cáncer colorrectal que surge de forma esporádica, sin tener ningún tipo de antecedente familiar”. Por eso, la doctora García hace un llamamiento a las instituciones para que se genere un consenso político donde se dé paso a una campaña de cribado “al estilo que ya tiene el cáncer de mano. Necesitamos infraestructuras dedicadas única y exclusivamente a la prevención del cáncer colorrectal”, exclama.
Aquellas personas con familiares que han padecido este tipo de cáncer se engloban en el grupo de la población de riesgo elevado. “Tres Comunidades Autónomas disponen de un programa de detección precoz y otras lo iniciarán en breve. Nos dirigimos a la población nen general, a los profesionales de la salud, tanto de atención primaria como especializada, y a las autoridades sanitarias para concienciarles de la necesidad de que se implanten programas de detección precoz del cáncer de colon en los planes de salud”, declara el doctor Antoni Castells, coordinador nacional de
Cómo prevenirlo
Para la prevención, una dieta saludable y practicar ejercicio regularmente ejercen un papel fundamental para evitar la formación de este tumor. “Eviten el sedentarismo, la obesidad, el tabaco y el abuso de carne roja. Es imprescindible una dieta rica en vegetales, frutas y lácteos”, aconseja la doctora García.
Además de un cuidadoso y riguroso examen físico, las pruebas que se realizan para diagnosticar este cáncer son la prueba de detección de sangre oculta en heces cada uno o dos años, la sigmoidoscopía cada cinco y la colonoscopia cada diez. Para los que forman parte del equipo de familiares con riesgo elevado, las pruebas de cribado son diferentes. Aquellos casos que forman parte de familias con sospecha de cáncer hereditario, se debería llevar a cabo un adecuado asesoramiento genético.