Vitamina K, protectora de la sangre
La vitamina K es una vitamina soluble en grasas a la cual se suele denominar vitamina de la coagulación o factor antihemorrágico debido a su función.
Además, según su origen, la vitamina K aislada de las plantas verdes se denomina K1 o filoquinona, la sintetizada en las bacterias intestinales del cuerpo humano se llama K2 o menaquinona y aquella que se elabora en forma sintética se denomina menadiona o K3.
Como los dice su nombre alternativo, la vitamina K tiene como función principal intervenir en la síntesis de factores de la coagulación, por lo tanto, es esencial en la formación de proteínas coagulantes como puede ser la protrombina.
Debido a su acción, su déficit aumenta las probabilidades de sufrir hemorragias, sobre todo en personas que reciben tratamientos farmacológicos ya que existen ciertos antibióticos que impiden su síntesis en el intestino debido a que alteran la flora bacteriana.
Incluso, ciertos fármacos anticoagulantes funcionan como antagonistas o competidores de la vitamina K y pueden predisponer a hemorragias.
Su requerimiento diario es escaso, por lo que rara vez se produce una deficiencia de vitamina K. Se recomienda la ingesta de 120 microgramos en hombres y 90 microgramos en la mujer adulta por día.
Si bien existe una síntesis endógena de vitamina K2 o menaquinona, ésta representa pequeña parte de la cantidad necesaria para satisfacer los requerimientos humanos, por ello, es indispensable aportarla mediante la alimentación.
La fuente principal de vitamina K son las verduras de hojas verdes como las espinacas, brécol o brócoli, repollitos de Bruselas, col o repollo y lechuga, las cuales aportan entre 10 y 100 microgramos de vitamina por cada 100 gramos de vegetal.
Además, otras fuentes alimentarias son el hígado, el aceite de soja y en menor proporción, el de oliva. También podemos encontrar pequeñas cantidades de vitamina K en leche, huevos, cereales y legumbres.
Debido a que es soluble en grasas, no se pierde por la cocción de las verduras en agua e, incluso, resiste el calor. Por lo tanto, no resulta difícil proteger nuestra sangre y evitar procesos hemorrágicos con un adecuado aporte de ésta vitamina.
Muy poco se sabe acerca de la vitamina K, pero es importante que conozcamos su función y lo indispensable que es su aporte para un correcto funcionamiento del organismo. Imaginemos que un individuo que pierde gran cantidad de sangre se encuentra ante un peligro muy grande.
Entonces, no dejemos de aprovechar la protección de la vitamina K e incluyamos en nuestra dieta alimentos varios y sobre todo vegetales verdes que nos ofrecen este valioso factor antihermorrágico.